hoy, día de la conmemoración del terremoto del 25 de enero de 1999,
que devastó a Armenia y al Eje Cafetero, las conclusiones a las que
llegó el geólogo Armando Espinosa Baquero, profesor de la universidad
del Quindío y miembro de la Sociedad Geográfica de Colombia y la
Academia de Ciencias Geográficas, sobre este fenómeno, en el estudio
denominado: Algunas enseñanzas del terremoto en el Quindío.
La región no estaba preparada
El geólogo Espinosa dijo que la región no estaba preparada para el sismo
de 1999. “Indudablemente la región no estaba preparada para resistir un
sismo de magnitud intermedia, de carácter superficial y de epicentro
cercano, básicamente porque: A. Buena parte de las construcciones no
estaban diseñadas para ese tipo de evento, aunque habían resistido
sismos de otro tipo; B. Armenia y la mayoría de las localidades del
Viejo Caldas fueron construidas sobre topografías inadecuadas que luego
fueron mal manejadas, rellenos; C. La zona está cruzada por fallas
activas importantes que fueron identificadas demasiado tarde. D. La
ocurrencia de un sismo superficial, con todas sus consecuencias, no
estaba contemplada en los cálculos de amenaza sísmica.
Una ciudad sin norma antisísmica
El mayor causante de la tragedia fue la falta de norma antisísmica en
las construcciones de antes de 1984. “En Armenia, como en el resto de
Colombia, todas las construcciones anteriores a 1984 fueron hechas sin
norma antisísmica. El Código Colombiano de Construcciones
Sismorresistentes, decreto 1400, fue puesto en vigencia tras el
terremoto de Popayán en el año 1983, y fue actualizado en 1998. De
los 50 edificios que colapsaron con el sismo principal, 49 eran
anteriores a 1984. Igual sucedió con varias urbanizaciones, con el
agravante de que en muchos casos las modificaciones hechas por los
propietarios de casas o apartamentos sin control alguno resultaron
fatales”.
Se fracturaron las construcciones tradicionales
“El sismo del 25 de enero causó graves daños en las construcciones
tradicionales. En algunos sitios como Armenia, lo que había de
patrimonio arquitectónico regional quedó prácticamente destruido. La
razón de esa pérdida irreparable está en que esas construcciones son más
afectadas por sismos cercanos que por sismos lejanos; como no había
ocurrido ningún movimiento telúrico cercano grave en la historia de la
región y los sismos lejanos, como es lógico, habían causado pocos daños,
el peligro de un temblor cercano fue descuidado, hasta se podría decir
que se había ignorado. Además, los pesados techos de teja de barro, en
muchos casos, agravaron notablemente los daños”.
Llenos y ocupación de los bordes
Un razonamiento del doctor Espinosa es que muchas construcciones se
hicieron sobre llenos y se ocuparon los bordes de pendientes. “Buena
parte de los cambios de intensidad aparecidas inmediatamente al sismo
principal en los diferentes sector de Armenia y de otras localidad como
Calarcá, estuvieron ligados a características de topografía, en un
sentido amplio. Estos y muchos municipios quindianos fueron construidos
sobre depósitos recientes blandos y erosionados por numerosos ríos y
quebradas. Vale decir que la parte plana de los emplazamientos
originales era muy pequeña, pero suficiente para establecer una
población de unos cuantos habitantes. Las poblaciones fueron creciendo y
poco a poco fueron ocupando los bordes de los pequeños valles formados
por quebradas, y en la parte central de los cascos urbanos se procedió a
llenar cauces y valles para ganar espacio. En ambos casos las
consecuencias fueron muy graves”, sostiene el experto.
Analiza el geólogo sobre el mismo tema: “Se sabe que en terrenos poco
compactados las ondas sísmicas causan grandes daños. Los rellenos son
un caso extremo de esa situación: las ondas sísmicas pierden velocidad
al pasar de terrenos relativamente compactados, rocas o incluso algunos
tipos de suelos, a terrenos altamente deleznables como los llenos y su
energía se traduce en amplitud, aumentando seriamente los daños. Ese
efecto ya se había observado en Armenia en sismos anteriores, Murindó
1992 y el de 1999 se sintió en forma contundente en muchos sectores,
especialmente en el centro de la ciudad”.
No sabíamos de fallas activas
“Los estudios de geología en Colombia no se ocuparon suficientemente en
identificar y caracterizar las fallas activas porque la sismicidad
profunda se ha dado, predominantemente, en los últimos setenta años. La
cartografía geológica del país nunca contempló la ruptura de terrenos
cuaternarios por fallas geológicas; se suponía hasta hace unos cuantos
años que estas pasaban por debajo de los cuaternarios sin afectarlos.
Los proyectos de amenaza sísmica regional, iniciados en Colombia
después del terremoto de Popayán en 1983, empezaron el estudio de las
fallas activas, se trata de trabajos largos y relativamente costosos que
apenas están en su proceso inicial. No hay exageración en decir que más
del 80% del estudio de las fallas en Colombia está por hacerse, estudio
que está notablemente adelantado en países vecinos como Venezuela. No
obstante, existe en Colombia la creencia de que las fallas activas ya
han sido estudiadas”.
Una amenaza sísmica sin predicción
“Los estudios de amenaza sísmica, como se afirmó anteriormente, habían
previsto una aceleración máxima de 0.25 en el basamento para la región
del Quindío y no se conocía el coeficiente de amplificación o
coeficiente de sitio. La aceleración registrada en la capital quindiana
alcanzó 0.5 originado en un coeficiente de sitio que alcanza el valor
2, cifra muy alta, no contemplada por ningún especialista. Por otra
parte, los estudios posteriores hechos en la región pronosticaron
la posible ocurrencia de un evento similar a los de 1938, 1961 y 1979
en los últimos años del siglo o los primeros del centenario siguiente.
Este último evento ocurrió pero excedió la previsión en cuanto a sus
efectos, los cuales fueron mucho mayores que los de los movimientos
anteriores. En síntesis, las características del terremoto del 25 de
enero no habían sido previstas ni en el Código de Construcciones
Sismorresistentes ni en ninguno de los estudios”.
Puede volver a pasar
“Una lección que se puede vislumbrar, no solo para el Quindío sino para
el todo el país, es que puede haber ciudades que reúnan las mismas
condiciones que Armenia: sismicidad cercana y superficial asociada a
fallas activas no identificadas o poco conocidas. En el caso de un
movimiento telúrico similar en el futuro, las consecuencias pueden ser
muy graves, añadiéndose el hecho de que el Quindío no estaba menos
preparado que el resto de Colombia para enfrentar un sismo como el del
25 de enero de 1999”.
Víctimas serán recordadas en eucaristía
Con una eucaristía que se cumplirá hoy a las 12:00 del mediodía, en
la capilla del cementerio Jardines de Armenia, se tendrá en mentes y
corazones a las víctimas del terremoto del 25 de enero de 1999. Además
se hará una ofrenda floral al monumento que recuerda que hace 17 años la
ciudad vivió su peor desastre natural, una tragedia la destruyó, dejó a
miles de sus habitantes damnificados y con enormes problemas sociales y
económicos.
En este, que es el acto central, estarán el gobernador del Quindío,
Carlos Eduardo Osorio Buriticá, y el alcalde de Armenia, Carlos Mario
Álvarez Morales, con sus equipos de gobierno y los familiares de las
víctimas.
Construcción en pendientes
“Los efectos producidos por la ubicación de construcciones en el
borde de pendientes, o efectos topográficos sensu stricto, fueron muy
contundentes. Al ser sometida una topografía irregular a un movimiento
como el de un sismo los puntos que no están confinados, principalmente
las cimas y los bordes de pendiente, se ven sometidos a un movimiento
mayor que el resto del conjunto, con la consecuencia de que en esas
zonas los efectos del movimiento son más graves. En muchos barrios de
Armenia y de otras localidades, las zonas situadas en bordes de
pendiente sufrieron daños serios. Se dieron casos en que construcciones
situadas al pie de la pendiente e incluso en la pendiente misma
sufrieron daños menores frente a construcciones de mejor calidad
situadas en el borde de la pendiente”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario